Puertas y Murallas (Santa Fé)

Los orígenes de Santa Fe se remontan al campamento militar provisional ordenado levantar por los Reyes Católicos en el año 1491 en la vega de Granada, durante la guerra contra Granada, última ciudad de la península ibérica en poder de los musulmanes, desde donde se coordinaría el asedio a la ciudad nazarí.

Al parecer, una noche, una de las camareras de la reina Isabel colocó por descuido una vela muy cerca de las cortinas de la tienda de la reina, se produjo un gran incendio que destruyó todo el campamento, y en el que a punto estuvo de morir la reina Isabel.

Después del incendio, y aunque la decisión ya estaba tomada antes del fatal desenlace del campamento cristiano, el rey Católico dispuso construir un nuevo campamento como apoyo para el sitio de Granada. Esta vez se levantaría una verdadera población, construida en piedra, que estuvo rodeada de poderosas murallas almenadas, reforzadas con torreones, y que contaba con cuatro puertas de acceso.

La nueva población fue levantada en pocos días por los soldados de los Reyes Católicos. Se trataría de la última construcción fortificada erigida en España por cristianos en sus guerras de reconquista contra los musulmanes. En un principio a la nueva población se propuso darle el nombre Isabel, en honor a la reina, pero la misma Isabel decidió llamarla «Santa Fe», recordando el motivo por la cual fue erigida, para combatir a los enemigos de la «Santa Fe».

Tras varios meses de asedio cristiano contra la ciudad, el 25 de noviembre de 1491 se firman en Santa Fe las Capitulaciones de la entrega de Granada, en las que se acuerda que en el plazo de dos meses los moros han de entregar la ciudad a los Reyes Católicos.

Finalmente, el 2 de enero de 1492, Boabdil, último rey de Granada y último rey musulmán de la Península Ibérica, capitula y entrega las llaves de la ciudad a Isabel y Fernando. Así acabarían los más de siete siglos de dominio musulmán en España.