El propio nombre del municipio es deudor de la importancia que debió poseer esta atalaya nazarí (siglos XIII-XV) en la red de vigilancia y comunicaciones fronteriza. Asi, formó parte de la línea de frontera protegida por los castillos de Píñar y Montejícar, de forma que controlaba el paso entre Guadahortuna y Jódar.
La planta de la torre es circular, pero de mayores dimensiones que el resto de atalayas nazaríes. Está elaborada con mampostería de mediano y gran tamaño, y debió poseer un enlucido exterior. Al interior se encuentra completamente hueca debido a que fue reutilizada, ya en época cristiana, como molino (de donde recibe su nombre actual). La altura que conserva hoy en día es de 5’5 metros.
Se ubica en la localidad de Torre-Cardela.
Edad Media